En Zélé sabemos que para muchas mujeres, la salud de la
tiroides es una pieza clave para sentirse con energía, mantener un peso saludable y tener equilibrio emocional.
Y aunque a veces se piensa que las
dietas bajas en carbohidratos pueden afectar la función tiroidea, la realidad es que, bien estructurada, una cetosis baja en grasas puede ayudar a favorecer el equilibrio metabólico y hormonal que la tiroides necesita para funcionar correctamente.
La tiroides es una glándula pequeña pero poderosa. Se encarga de regular funciones esenciales como:
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La velocidad del metabolismo,
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El equilibrio hormonal,
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La temperatura corporal,
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Y la producción de energía.
Cuando la tiroides no funciona de forma óptima, pueden aparecer síntomas como fatiga, aumento de peso, caída del cabello, piel seca y cambios en el estado de ánimo.
Por eso, mantenerla en equilibrio es fundamental para la salud femenina —y la alimentación juega un papel más importante de lo que parece.
El exceso de carbohidratos refinados y azúcares simples puede contribuir a:
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Resistencia a la insulina,
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Inflamación crónica,
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Y desequilibrios hormonales que afectan la función tiroidea.
Al reducir estos alimentos, una cetosis baja en grasas ayuda a regular los niveles de insulina y glucosa, lo que a su vez puede mejorar la conversión de T4 (hormona tiroidea inactiva) en T3 (hormona activa), favoreciendo el metabolismo y la energía.
A diferencia de la cetosis tradicional —que prioriza el consumo elevado de grasas—, la cetosis baja en grasas busca un equilibrio más ligero:
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Mantiene el cuerpo en producción de cetonas,
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Pero sin sobrecargar el sistema con una alta ingesta de lípidos.
Esto resulta beneficioso para mujeres con hipotiroidismo subclínico o sensibilidad hormonal, ya que evita el estrés metabólico que puede darse cuando el cuerpo recibe un exceso de grasa y poca proteína.
Una cetosis baja en grasas
bien estructurada puede ser una gran aliada para las mujeres que buscan cuidar su salud tiroidea.
Al reducir los carbohidratos inflamatorios y
mantener un equilibrio entre proteínas y grasas saludables, se promueve una mayor estabilidad hormonal, energía sostenida y
bienestar metabólico.