Para muchas mujeres, los días previos al periodo menstrual vienen acompañados de altibajos emocionales difíciles de controlar: irritabilidad, tristeza sin razón aparente, ansiedad e incluso ataques de llanto. Si bien es una experiencia común, no deja de ser frustrante sentir que las emociones toman el control. Y aunque el síndrome premenstrual (SPM) tiene múltiples causas, lo que comes puede influir más de lo que imaginas.
Lo interesante es que una alimentación cetogénica bien llevada, puede convertirse en una poderosa aliada para equilibrar esos cambios de humor típicos del ciclo femenino. Pero ¿cómo se relaciona la cetosis con las emociones?
El cerebro y las hormonas: una danza sensible.
Durante la fase lútea del ciclo (es decir, los días previos a la menstruación), los niveles de progesterona y estrógeno fluctúan de forma abrupta. Esto altera la producción de neurotransmisores como la serotonina, dopamina y GABA, que influyen directamente en nuestro estado de ánimo, en la calidad del sueño y en los antojos emocionales.
Aquí es donde la dieta cetogénica entra en escena, pues al utilizar cuerpos cetónicos como fuente de energía, el cerebro mantiene un estado más estable frente al estrés hormonal. Los cuerpos cetónicos, en especial el beta-hidroxibutirato, tienen un efecto neuroprotector y antiinflamatorio, lo cual puede ayudar a estabilizar el ánimo y reducir la reactividad emocional.
¿Y qué hay de los antojos?
Es muy común que durante el SPM aparezcan antojos de carbohidratos refinados, sobre todo dulces y harinas. Esto tiene una explicación: el cuerpo busca aumentar la producción de serotonina de forma rápida. Pero al darle azúcar o pan, solo se obtiene un alivio momentáneo, seguido por una caída energética y emocional.
En cambio, al seguir una dieta cetogénica, se mantiene estable el nivel de glucosa en sangre y se evita el sube y baja emocional.
Nutrientes clave que no deben faltar en un plato cetogénico
Para apoyar aún más tu equilibrio hormonal durante el SPM, es importante incluir ciertos micronutrientes que la dieta cetogénica naturalmente puede aportar:
Magnesio: Ayuda a relajar el sistema nervioso y a mejorar el sueño.
Omega 3: Tiene un efecto antiinflamatorio que mejora el estado de ánimo.
cVitaminas del complejo B: Esenciales para la síntesis de neurotransmisores.
Triptofano: Es un aminoácido que ayuda a producir serotonina.
Otros hábitos que marcan la diferencia
Aunque la alimentación es una base sólida, combinar la dieta cetogénica con otros hábitos saludables puede potenciar aún más tu estabilidad emocional:
Prioriza el descanso nocturno: el sueño regula la sensibilidad emocional.
Hidrátate adecuadamente, sobre todo si estás en cetosis, ya que el cuerpo pierde más electrolitos.
Realiza actividad física moderada, como caminatas o yoga suave: ayudan a liberar endorfinas.
Permíteme bajar el ritmo esos días. Escuchar a tu cuerpo también es parte del autocuidado.
No se trata de evitar el SPM por completo, pues es una etapa natural del ciclo femenino, sino de transitarla con mayor equilibrio físico y emocional. Y en ese sentido, una dieta cetogénica bien diseñada puede ser una herramienta poderosa para sentirte más estable, centrada y en paz contigo misma.
En Zélé creemos que cuando cuidas tu cuerpo desde el interior, las emociones también se armonizan. Si notas que tus cambios de humor antes de tu periodo son intensos o difíciles de manejar, recuerda que hacer pequeños ajustes en tu alimentación puede marcar una gran diferencia, pero siempre consultando a tu especialista.